sábado, 7 de abril de 2012

Leyendas de Bécquer



El libro en general me ha gustado mucho. Ha sido muy bonito y fácil de leer, ya que cada pocas páginas cambiaba la leyenda, y con ello el tema, personajes, trama, etc.
Los temas de las leyendas son muy diversos: intriga (El Monte de las Ánimas), amor (El Rayo de Luna, Los ojos verdes, etc.), crueldad (La Cruz del Diablo), rivalidad entre religiones (La Rosa de Pasión), etc.
De las leyendas seleccionadas, algunas me han resultado más interesantes que otras: unas tenían más intriga (El Monte de las Ánimas) y otras menos (Las hojas secas), unas tenían un tema más de mi agrado (La promesa) y otras no tanto (La cueva de la mora).
Es curioso que a pesar de haber transcurrido muchos años desde que Bécquer las escribió, continúen resultando agradables al lector del siglo XXI y satisfagan los gustos tan exigentes que tenemos hoy en día, rodeados como estamos por un constante flujo de información a través de los medios de comunicación, sobre todo Internet.
Mi nota numérica para este libro es un 7. Cuesta mucho poner un número que defina cuánto nos ha gustado el libro, porque en realidad son veinte historias distintas, que no tienen nada que ver entre ellas.


RESÚMENES:

EL MONTE DE LAS ÁNIMAS:
Alonso es cazador. No queda mucho para que anochezca así que decide regresar a casa desde el Monte de las Ánimas. Durante el trayecto le cuenta una leyenda a su prima Beatriz sobre lo que ocurre la noche de Todos los Santos en el Monte (como aquella noche). Beatriz quería darle a Alonso un recuerdo, su banda azul, pero se da cuenta de que la perdió en el Monte de las Ánimas. Le pide a Alonso que regrese para buscarla, pese a ser peligroso según la leyenda. Él accede, temeroso. A la mañana siguiente, Beatriz se encuentra en la habitación la banda ensangrentada, y a Alonso devorado por los lobos en el Monte. Ella también muere, de horror.
MAESE PÉREZ EL ORGANISTA:
Es Nochebuena y la Iglesia está abarrotada de gente expectante porque maese Pérez comience a tocar el órgano. Cuando empezó, les deleitó a todos con una melodía perfecta.
Al año siguiente, se corre la noticia de que maese Pérez está enfermo y no puede tocar. Se va a suspender la misa cuando aparece, y al terminar de tocar la perfecta melodía, muere.
La próxima Nochebuena, el encargado de tocar el órgano es un anciano avaricioso. Él también les deleitó con una melodía estupenda.
Pasó otro año. La mayoría de la gente estaba en la Catedral para oír al anciano, pero los pocos que había se llevaron una sorpresa. El órgano tocaba aquella melodía, sin que nadie pulsara sus teclas. Era el alma de maese Pérez.
EL RAYO DE LUNA:
Manrique era un hombre muy solitario. En uno de sus muchos paseos nocturnos creyó ver a una mujer, que a él le pareció hermosa. Comenzó a seguirla, hasta que llegó a su supuesta casa, pero al preguntar quién vivía allí descubrió que era un hombre. Decidió regresar al lugar donde la había visto por primera y única vez. Allí le pareció volver a verla, pero al acercarse comprobó que era un rayo de luna. A partir de ese momento, quedó sumido en una profunda depresión.
LOS OJOS VERDES:
Fernando y su grupo de cazadores están persiguiendo un ciervo hasta que éste se adentra en una zona del bosque donde nadie se atreve a ir, excepto Fernando.
Después de aquel día, todos notaban a Fernando muy deprimido. Un día confesó lo que le pasaba a uno de sus vasallos, Íñigo. El día que persiguió al ciervo vio una fuente, y en el fondo de ella unos ojos verdes. Desde entonces estuvo yendo hasta que un día se encontró a la chica de los ojos, él le dijo que la quería y ella a él también. Se besaron y Fernando cayó en la fuente.
EL BESO:
Esta leyenda se desarrolla en Toledo, y sus protagonistas son soldados franceses. Su capitán se alojó en una Iglesia, y al día siguiente les comentó a sus oficiales que no había podido dormir por la presencia de una “hermosa mujer” (era de mármol). Esa misma noche, los llevó a la Iglesia para que comprobaran su belleza. Los oficiales quedaron impresionados, y comenzaron a beber. El capitán, completamente borracho, se acercó a la estatua con la intención de besarla en los labios. Al lado de la escultura había otra, la del marido, que al ver las intenciones del capitán, le dio una bofetada que acabó con su vida.
LA AJORCA DE ORO:
Pedro encuentra una tarde a su mujer, María, llorando y descubre que está obsesionada con una ajorca de oro de la patrona de Toledo, la Virgen del Sagrario. Pedro decide arrancarle la joya a la Virgen, para satisfacer a su mujer; pero no es capaz de entregársela, porque nada más arrancarla se encuentra rodeado de todas las estatuas de la catedral. A la mañana siguiente le encuentran en la catedral, delirando, pero con la ajorca de oro en las manos.
EL MISERERE:
Hace tiempo, un hombre acudió a una abadía buscando dónde pasar la noche. Era músico, y estaba tratando de terminar un Miserere para quedar absuelto de sus pecados. Un monje le comentó que podía escribir el Miserere de la Montaña, que sonaba todos los años en un monasterio en ruinas cercano, cuando los monjes regresaban de entre los muertos para cantarlo. Le hizo caso, y con tan buena suerte que aquella noche era el día en que el Miserere era interpretado. Quedó tan impresionado, que optó por escribirlo. Pidió alojarse durante un tiempo en la abadía, y comenzó a redactar la partitura. Después de hacer muchos borradores, murió sin poder finalizarlo.
 LA PROMESA:
El Conde de Gómara (amante de Margarita) partía a la guerra, pero para no deshonrarla le promete volver y le entregó un anillo.
Pasó un tiempo. Conquistaron Sevilla, pero el Conde no estaba contento, y un día le contó lo que pasaba al más antiguo de sus escuderos: veía una mano por todas partes.
Un día, oyó una historia contada por un juglar: un conde partía a la guerra haciéndole una promesa a su amante y regalándole un anillo, pero no cumplió la promesa. La joven murió, pero no había forma de enterrar la “mano muerta” que llevaba el anillo.
El Conde se dio cuenta de su error, y fue al lugar donde estaba enterrada y se casó con ella aunque estaba muerta. Nada más finalizar la ceremonia, la mano se hundió en la tierra.
LA CUEVA DE LA MORA:
La acción se desarrolla en un castillo moro. Un cristiano fue encerrado en los calabozos, y a los pocos días, fue rescatado a cambio de dinero. Pero, durante ese tiempo, se enamoró de la hija del alcaide. Decidió atacar el castillo y secuestrar a la mora, que más adelante también se enamoraría de él.
Pasó un tiempo, y los moros quisieron recuperar a la mora y el castillo. Durante el combate, el cristiano fue gravemente herido, así que la mora lo llevó para intentar curarlo a una cueva subterránea. Al salir a por agua, la vieron y dispararon. Quedó herida de muerte. Él también murió.
Ahora se dice que siguen yendo todas las noches a por agua.
LA ROSA DE PASIÓN:
Daniel y su hija Sara vivían en Toledo. Ambos eran judíos. Un día, Daniel descubrió que su hija tenía un amante cristiano. Al caer la noche, Sara fue a verle y este le contó que habían pasado muchos judíos a una “reunión”. Ella no dudó un momento, y fue al lugar donde se realizaba. Allí descubrió que iban a sacrificar al cristiano. La muchacha no pudo reprimirse al ver que su padre estaba al mando, y salió de su escondite diciendo que su amante no iba a ir porque ella lo había prevenido. También le dijo que ya no era su hija, y que tampoco era judía, ahora era cristiana. Su padre decidió sacrificarla a ella.
Un día, se encontró una “rosa de pasión” en el lugar del sacrificio.
LAS HOJAS SECAS:
Esta leyenda cuenta el diálogo que mantienen dos hojas secas que se encuentran después de mucho tiempo y recuerdan los momentos cuando estaban juntas en la misma rama del mismo árbol. Toda la vida de las hojas era maravillosa, hasta que un día oyeron una conversación entre una pareja joven. La chica lloraba que era imposible disfrutar la vida, que algún día todos nosotros acabaríamos muertos como las hojas del árbol acabarían secas.
EL GNOMO:
El tío Gregorio les cuenta una historia a las muchachas del pueblo que vuelven de coger agua en la fuente. En esta ocasión, la narración cuenta que de noche, en la fuente donde van a coger agua, viven unos gnomos, que se dedican a robar y tienen un gran tesoro acumulado.
Ninguna de las chicas se lo cree, excepto unas hermanas (Marta y Magdalena), que una noche, acuden por separado a la fuente. Marta escucha las palabras del agua, y Magdalena las del viento. Apareció un gnomo. Magdalena optó por marcharse del lugar, mientras que Marta decidió seguir al gnomo. No se volvió a saber nada de Marta.

EL CRISTO DE LA CALAVERA:
El rey manda a todos sus caballeros a la guerra. Se celebró una fiesta de despedida, en la que la protagonista era doña Inés. Alonso y Lope querían ganarse el corazón de la dama, y se les ocurrió como solución batirse en duelo. Durante toda la noche buscaron un lugar para luchar. Por fin encontraron un sitio suficientemente alumbrado, y con las condiciones que ellos buscaban. Desenvainaron sus espadas y en el momento en que se juntaron los dos filos, el candelabro que alumbraba la calle se apagó. Ambos dieron un paso atrás, separando así sus espadas, y volvió a surgir la luz. Repitieron el proceso otras dos veces, hasta que se dieron cuenta de que Dios no quería que lucharan.
Decidieron solucionar el conflicto de otra manera: dándole a escoger a doña Inés. Se encaminaron a su casa, y al llegar vieron a la muchacha despidiéndose de su amante. Ambos soltaron una carcajada.
A la mañana siguiente, doña Inés estaba intranquila, pero enseguida comprobó que tanto su amante como Lope y Alonso estaban sanos y salvos.
LA CRUZ DEL DIABLO:
El señor del Segre era muy cruel con su población, y mataba a muchas personas inocentes. Un día acordaron matarlo para que terminara su sufrimiento, y la armadura del señor cobró vida propia. La encerraron en los calabozos, pero se escapó. Persiguieron la armadura, y al capturarla, decidieron quemarla y formar una cruz, “La Cruz del Diablo”. Hoy en día esa cruz es despreciada por quienes pasan por allí.
LA CORZA BLANCA:
Constanza y el grupo de cazadores de su padre escucharon una historia contada por un zagal: un día vio un grupo de corzas blancas, que según él le hablaron. Todos se rieron. Todos excepto Garcés, uno de los sirvientes de Constanza.
Garcés pensó que sería muy admirado si conseguía una de esas corzas para su señora. Decidió ir esa misma noche a por ella. Tardó muchas horas en conseguir ver el grupo de corzas blancas. Disparó su ballesta a una de las corzas. El resto salieron corriendo, y cuando fue a ver a la que había herido, se encontró con que era Constanza, su amada señora.
¡ES RARO!:
Andrés era un chico pobre. Deseaba tener una mujer en su vida, un caballo o un perro.
Se encontró un perro por la calle, y se lo quedó. Pasó un tiempo y consiguió un poco más de dinero, y se compró un caballo. Su fortuna creció, y se casó con una muchacha y se fueron a vivir a una quinta.
Un día, entraron ladrones en la casa, y Andrés corrió al pueblo vecino para pedir ayuda. Al volver, se encontró a su perro muerto y a su mujer y su caballo desaparecidos.
Salió en su busca, y se encontró al caballo muerto. Unas personas que pasaban por allí le dijeron que era su mujer la que se había escapado. No había ni ladrones, ni secuestradores.
Andrés se volvió loco y se murió.
LA CREACIÓN:
Brahma se aburría de no hacer nada más que contemplarse a sí mismo, y creó unos chiquillos que llamó “gandharvas”.
Se encerró en el laboratorio, y todos los gandharvas le observaban mientras él creaba nuevos planetas, personas… Quiso ir a tomar un poco de aire fresco, y olvidó echar la llave.
Los gandharvas entraron y comenzaron a mezclar líquidos creando así un mundo desperfecto, donde la muerte iba arrasando lo que la vida creaba.
Brahma dejó a los chiquillos este mundo como juguete, confiando que en sus manos no iba a durar mucho tiempo.
CREED EN DIOS:
Teobaldo era un conde muy cruel y avaricioso, y no creía en Dios.
Un día estaba persiguiendo a un jabalí por el bosque. Ya lo había herido, y le quedaba poco para alcanzarlo cuando su caballo murió. Justo en ese momento apareció un paje con otro. Teobaldo montó en él, y el caballo se desbocó y comenzaron a recorrer lugares desconocidos. Tuvo una visión, y al despertar se encontraba en el bosque donde ocurrió todo lo contado. Decidió ir a su castillo, donde, para su sorpresa, le abrió un monje y averiguó que allí ahora habitaba el clero.
LA VOZ DEL SILENCIO:
En una ocasión estando el protagonista de visita en Toledo, escuchó la voz de una mujer, pero al darse la vuelta, comprobó que se encontraba solo en la calle.
A los dos días, volvió a oír la misma voz y, esta vez, quiso averiguar su procedencia. Descubrió que provenía de una casa abandonada, en la que tiempo atrás había vivido una pareja. Una vez, el marido marchó de casa dejando a la mujer encerrada. No se volvió a saber nada de ninguno.
Ahora se dice que todas las noches el fantasma de la mujer vaga solitario por la casa.
LA VENTA DE LOS GATOS:
El protagonista de esta leyenda está acostumbrado a dar largos paseos por las calles de Sevilla. Una tarde se encuentra sentado en una venta, contemplando un grupo de alegres muchachos mientras juegan todos juntos, entre ellos Amparo y el hijo del ventero, que vivían juntos aunque no tenían ningún parentesco.
Se marchó de Sevilla durante 10 años, y al volver se encontró la zona muy cambiada. Justo al lado estaba ahora el cementerio, y la venta carecía de esa alegría de la que antes rebosaba. Supo por el ventero que el padre de Amparo se la había llevado. No tuvieron más noticias de ella, hasta que la vieron pasar metida en un ataúd hacia el cementerio. A partir de ese momento, el hijo del ventero se volvió loco.

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